Cruce de caminos entre Ryan Gosling y Bradley Cooper

Cartel de la película

No soporto que a las películas extranjeras les cambien el título, puedo llegar a aceptar que se traduzcan literalmente. Pero en este caso, el título español Cruce de caminos me parece muy acertado porque es precisamente lo que la película plantea. Pero siempre hay que apostar por el título original, así que la llamaremos The Place Beyond The Pines, que hace referencia a la voz mohawk que da nombre a la ciudad en la que está ambientada la acción, Schenectady, y significa el lugar más allá de los pinos.

El director Derek Cianfrance nos propone una película de actores. Si por algo se caracterizan sus filmes, es por que están muy bien interpretadas. En ésta, repite Ryan Gosling tras Blue Valentine, junto a Bradley Cooper. Dos de los actores más solicitados últimamente. Cierra el triángulo Eva Mendes, que ofrece una sobria interpretación de madre coraje, y ya de paso se aleja de sus anteriores papeles, más comerciales, que son los que le han dado notoriedad, dicho sea de paso. Completan el reparto algunos buenos secundarios como Ray Liotta (Goodfellas) y Rose Byrne (Damages).

Ryan Gosling es Luke, un motorista acróbata que trabaja en un espectáculo ambulante. A su paso por Schenectady, se encuentra con Romina (Eva Mendes), quien le confiesa que tiene un hijo suyo fruto de una aventura pasada. Luke comienza a atracar bancos con el objetivo de sustentar a su bebé. Su vida se cruza entonces con Avery, un policía novato con aspiraciones políticas que lucha contra la corrupción en el cuerpo. No digo más para no soltar spoilers.

La película, como antes mencionaba, está muy bien escrita, sobre todo con personajes muy bien construidos, y unas creíbles y sobrias interpretaciones de los actores. Derek Cianfrance siempre hace un buen trabajo en ese aspecto, pero tanto The Place Beyond The Pines como Blue Valentine tienen el mismo problema, les sobra metraje. Creo que con media hora menos podría haber contado lo que buscaba con el mismo éxito.

Pareja protagonista

Está claro que no es una obra maestra, pero es una película que no se olvida al instante y consigue hacer reflexionar durante un día al menos, que tal y como están las cosas hoy, ya es mucho. Y también es honesta, virtud que suelen tener las cintas independientes, que cuentan historias de verdad con personajes muy creíbles y que podemos identificar a diario en nuestra vida cotidiana. Una historia sobre padres e hijos. El legado que uno le deja al otro. Y lo que el otro recoge del uno. Para que uno piense más dos veces cómo está educando a sus hijos.